En lo que va de 2024 se notificaron en Argentina 283 casos, de los cuales 62 resultaron confirmados, 14 probables, y los demás están categorizados como “en estudio”. Con respecto a su distribución, la mayor proporción de casos confirmados del periodo se concentran en la región Centro: provincia de Buenos Aires (34%), Entre Ríos (23%), Santa Fe (11%) y Córdoba (9%).
Desde el Sistema Nacional de Vigilancia del Ministerio de Salud de Nación confirmaron un aumento de casos de psitacosis, una enfermedad que tiene como principal agente transmisor a las aves, y que genera síntomas muy similares a la gripe y neumonía.
Aseguran que los efectos del cambio climático incrementan las zoonosis y ponen en riesgo a las personas. Radio UNNE, de la Universidad Nacional del Nordeste, consultó a Fernando Achinelli, médico especialista en Infectología (UBA), sobre las características de esta patología y las señales de alerta.
El profesional explicó que la psitacosis es considerada una enfermedad poco frecuente pero que desde el 2023 se empezó a dar un aumento exponencial de los casos en algunos países de Europa, y en las últimas semanas también en el país.
En lo que va de 2024 se notificaron en Argentina 283 casos, de los cuales 62 resultaron confirmados, 14 probables, y los demás están categorizados como “en estudio”. Con respecto a su distribución, la mayor proporción de casos confirmados del periodo se concentran en la región Centro: provincia de Buenos Aires (34%), Entre Ríos (23%), Santa Fe (11%) y Córdoba (9%).
Achinelli señaló que, si bien todavía no se registraron casos en Corrientes, las autoridades sanitarias recomiendan extremar las medidas de prevención frente a esta enfermedad infecciosa, que suele ser transmitida a los humanos por aves como loros, pavos, cotorras y palomas. Pueden darse casos tanto en zonas urbanas como en rurales.
“El agente biológico es la Chlamydia psittaci, unas bacterias atípicas que de forma poco frecuente ocasionan infecciones en el tracto respiratorio. La transmisión es por aves, y pueden ser las que tenemos habitualmente como animales de compañía”, advirtió el infectólogo e indicó que el contacto con las plumas y el excremento son algunas de las vías de traspaso hacia los humanos, por lo que las principales medidas de prevención incluyen la adecuada ventilación de los espacios y atender a la higiene de manos en caso de manipulación.
Los síntomas más recurrentes de esta enfermedad son fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, tos seca y dificultad respiratoria. Pero el principal riesgo es que en algunos casos pueden también ocasionar cuadros de neumonía atípica. El profesional señaló que también se pueden generar otro tipo de complicaciones fuera del sistema respiratorio como ser endocarditis, miocarditis, hepatitis, artritis, conjuntivitis y encefalitis.
La detección y la notificación temprana es fundamental para mejorar el pronóstico de los pacientes y evitar las complicaciones, es por esto que Achinelli aseguró que, ante síntomas compatibles, es necesario informar al equipo médico si los poseen o tuvieron contacto con aves. Además, esto permitiría evitar el aumento en el número de casos por el bloqueo temprano del brote.
El infectólogo recomendó evitar el contacto con aves silvestres o muertas, mientras que si un ave de compañía presenta síntomas de enfermedad se debe acudir a un médico veterinario. Las señales de alarma en los animales pueden ser plumas erizadas, ánimo decaído, pérdida del apetito y pérdida de peso, conjuntivitis, diarrea y dificultad respiratoria.
En diálogo con la 99.7, el médico destacó que el aumento de casos y propagación de la psitacosis está siendo monitoreado también por la Organización Mundial de la Salud, ya que produjo muertes en Europa, donde el número de casos en los últimos meses ha sido considerablemente mayor que los promedios anuales típicos. El profesional correntino aseguró: “El cambio climático está produciendo cambios en la salud humana”.
“El crecimiento demográfico, de las ciudades, la eliminación de los bosques nativos para mayor rendimiento agrícola son eventos que hacen que aparezcan con más frecuencia y mayores variedades de enfermedades zoonóticas, cuyos vectores son bacterias, virus y hongos que nos afectan cada día más”, puntualizó Achinelli y recordó: “Lo hemos visto con el dengue, como ha ido aumentando la posibilidad de este vector de adaptarse, haciéndose mas resistente a las bajas temperaturas”.