Lo aseguró la técnica operadora en psicología social, Soledad Álvarez. El acceso de menores de edad a dispositivos digitales y las redes sociales son parte de la vida cotidiana, así como los crecientes riesgos para niños, niñas y adolescentes de ser víctimas de acoso sexual a través de Internet.
Un informe presentado este 2024 por la red Grooming LATAM dio cuenta de que cerca del 60% de los menores de edad en Latinoamérica permanecen conectados a Internet por al menos 4 horas. En países como Chile, Colombia y Argentina los periodos son superiores a 7 horas diarias. En tanto, 5 de cada 10 niños encuestados admitió haber establecido conversaciones con desconocidos.
Radio UNNE dialogó sobre las medidas de prevención y señales de alerta para las familias con Soledad Álvarez, técnica operadora en psicología social; quien advirtió que “es un delito que está presente entre nosotros todos los días”
Precisó que el grooming es identificado por la acción a través de la cuál un adulto busca establecer una relación de confianza con menores, con el objetivo de explotarlos sexualmente, mediante el engaño y la manipulación psicológica. Aseveró que “el abuso sexual está, por más que ocurra por medio de las redes sociales”.
Mientras los medios nacionales reflejan el caso del diputado provincial de Misiones, Germán Kiczka, y su hermano Sebastián, acusados de poseer y distribuir material de abuso sexual infantil; al aire de la 99.7 la profesional compartió una reflexión en torno a no minimizar los contactos en entornos digitales: “Uno piensa que, por ser virtual, porque ocurre en internet, son cosas que no son reales, que pasó ahí y no llegaron a nada. Sin embargo, en la extorsión, que es cuando comienzan a pedir contenido erótico, es una violación a su intimidad. El grooming ocasiona daños psicológicos tan graves como el abuso físico concretado”.
La psicóloga social sostuvo que la naturalización del contacto de los niños y niñas con teléfonos celulares y computadoras debe llevar a padres, madres y tutores a maximizar las medidas de prevención vinculadas con la supervisión de las actividades en línea de los menores. Sugirió configurar los dispositivos para tener la privacidad lo más cerrada posible, a través de filtros o bloqueadores, mediante aplicaciones como Family Link o Screen Time Parental Control.
Por otra parte, las plataformas de juego fueron uno de los espacios señalados por la profesional como ambientes de riesgo para los menores, e indicó que son lugares propicios para que adultos suplanten identidades, al hacerse pasar por niños de la misma edad y entablar una falsa amistad.
En el detalle sobre los modos de operar de los pederastas, Álvarez explicó: “Comienzan a sacar temas de conversación similares, buscan compartir intereses, gustos. Hasta que comienza el chantaje emocional, la solicitud de información de la vida privada o de material erótico. Nadie dejaría a su hijo de 10 años en un boliche donde hay gente de todas partes del mundo. Se trata exactamente de eso, no dejarías a tu hijo tampoco sólo en Internet”.
Por otra parte, Álvarez sugirió que las familias establezcan vínculos de confianza e inviertan en tiempo de calidad con los niños y niñas, para cultivar espacios de diálogo en caso que necesiten expresar que están atravesando por una situación de riesgo para su integridad. También remarcó la importancia de atender a cambios en el comportamiento de los menores.
“Si vos conocés a tu hijo, si tenés una relación de confianza, si pasás tiempo de calidad vas a notar estos cambios, que son por ejemplo trastornos del sueño, o duermen muchísimo o duermen muy poco, tienen insomnio, trastorno de alimentación, cambios estéticos abruptos”, enumeró la profesional y advirtió que cambios en el humor y en el rendimiento escolar podrían también señales de alerta.
El grooming es un delito penal que puede denunciarse en comisarías, fiscalías y mediante la línea 137, accesible desde cualquier tipo de telefonía, es gratuita, nacional y ofrece contención, orientación, asistencia y acompañamiento a víctimas de violencia sexual y familiar.