El presidente de Estados Unidos aseguró que ambas naciones acordaron cesar las hostilidades en las próximas horas y celebrar oficialmente el fin del conflicto tras 12 días de enfrentamientos. “Dios bendiga al mundo”, escribió en redes sociales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adelantó que a habrá un “alto el fuego completo y total” a partir de la medianoche y destacó que Irán e Israel permanecerán de forma “pacífica y respetuosa” en ese período hasta ponerle fin a la guerra en Medio Oriente.
“¡Felicitaciones a todos! Se ha acordado plenamente entre Israel y Irán que habrá un alto el fuego completo y total (en aproximadamente 6 horas a partir de ahora, cuando Israel e Irán hayan concluido sus misiones finales en curso) durante 12 horas, momento en el que la Guerra se considerará oficialmente terminada”, anticipó en su cuenta de la red social Truth Social.
“Irán iniciará el alto el fuego y, a la hora 12, Israel iniciará el alto el fuego y, a la hora 24, se celebrará oficialmente el fin de la guerra de 12 días por parte del mundo”, explicó y amplió que “durante cada alto el fuego, la otra parte permanecerá pacífica y respetuosa”.
Además, señaló que “con la suposición de que todo funcione como debería” y felicitó entonces a “ambos países, Israel y Irán, por tener la Resistencia, Coraje e Inteligencia para poner fin a lo que se debería llamar ‘La Guerra de 12 Días'”.
“Esta es una guerra que pudo haber durado años y destruido todo el Medio Oriente, pero no lo hizo y nunca lo hará”, reivindicó y concluyó: “¡Dios bendiga a Israel, Dios bendiga a Irán, Dios bendiga al Medio Oriente, Dios bendiga a los Estados Unidos de América y Dios bendiga al mundo”.
Las declaraciones previas de Trump sobre el ataque a Irán
“Provocamos daños monumentales en las tres instalaciones nucleares iraníes”, aseguró Donald Trump al confirmar el sorpresivo ataque de Estados Unidos contra Irán durante el fin de semana. El expresidente había establecido un plazo de 14 días para decidir cómo actuar frente al conflicto en Medio Oriente, y finalmente optó por una ofensiva directa con misiles de precisión y aviones especiales.
Los blancos elegidos fueron Fordo, Natanz e Isfahan, los tres pilares del programa nuclear iraní. Las fuerzas estadounidenses utilizaron bombarderos furtivos B-2, conocidos por su capacidad para evadir radares gracias a su diseño sigiloso, y misiles de penetración profunda capaces de atravesar capas de concreto antes de detonar en el subsuelo.
El objetivo fue impactar con precisión los puntos neurálgicos del desarrollo atómico de Irán, ubicados a gran profundidad. “Los mayores daños se produjeron muy por debajo del nivel del suelo. ¡En el blanco!”, celebró Trump en un mensaje publicado en Truth Social, la red social que utiliza desde su expulsión de X.
El ministro de Defensa norteamericano, Pete Hegseth, también brindó declaraciones tras el anuncio y afirmó que Estados Unidos “destruyó” las ambiciones nucleares de Irán, aunque aclaró que aún se está realizando una evaluación detallada de los daños.
Trump describió los ataques como “quirúrgicos” y remarcó que las imágenes satelitales evidencian la magnitud del daño. “¡Destrucción es un término preciso!”, escribió en su red social, donde sostuvo que la operación fue un éxito total.
El ataque ocurrió mientras seguía vigente el plazo autoimpuesto por el propio Trump para decidir cómo responder a la escalada de tensión en la región. Aunque no hubo declaraciones oficiales de parte del gobierno iraní hasta el momento, medios locales reportaron explosiones en zonas vinculadas al programa nuclear.
Con este operativo, Trump intenta consolidar su liderazgo en el escenario internacional, en medio de una campaña electoral en la que la seguridad nacional y la política exterior volvieron a ocupar un lugar central en su discurso.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación las posibles reacciones de Irán y la estabilidad del frágil equilibrio en Medio Oriente tras el ataque a sus principales instalaciones atómicas.