El Sumo Pontífice lanzó una definición histórica para la Iglesia Católica, abordando la desigualdad de género. Así lo hizo en su reciente visita oficial a Papúa, Nueva Guinea.

“Las mujeres”, subrayó, se encuentran “en la primera línea en el desarrollo humano y espiritual”.

Asimismo, el Santo Padre remarcó que las mujeres “son las que llevan adelante un país. Las mujeres tienen la fuerza de dar vida, construir y hacer crecer un país”. Son palabras que pueden abrir la puerta a cambios en la Iglesia Católica y el Vaticano, un estado cuya organización ha sido tradicionalmente, y de manera estricta, patriarcal.

 

Distribución de los ingresos

Por otra parte, Francisco sostuvo que “los bienes están destinados por Dios a toda la colectividad y, aunque para su explotación sea necesario recurrir a competencias más amplias y a grandes empresas internacionales, es justo que se tenga debidamente en cuenta en la distribución de los ingresos y la utilización de la mano de obra las necesidades de las poblaciones locales, de manera que se produzca una mejora efectiva de sus condiciones de vida”, dijo el Sumo Pontífice.

Después, en un encuentro con clérigos, religiosos, seminaristas y catequistas en Papúa Nueva Guinea, Francisco retomó el hilo e instó a los presentes a cuidar de quienes están “marginados y heridos, tanto moral como físicamente, a causa de los prejuicios y las supersticiones. Estar allí para quienes están en las periferias, cercanía, compasión y ternura”.

No obstante, el encuentro más emotivo fue el dedicado a las personas que reciben asistencia, en este caso, niños de la calle y personas discapacitadas que se reunieron en la Escuela Técnica de Caritas en Puerto Moresby para cantar y bailar para el Papa.

“La Iglesia quiere estar particularmente cercana de estos hermanos y hermanas”, recalcó.

Fuente: El Cronista.