Un informe oficial atribuyó el fenómeno a la bajante del agua, el calor extremo y la descomposición orgánica, descartando una causa única por agroquímicos.

La masiva mortandad de peces registrada en los últimos días en el río Guaviraví, en el departamento San Martín, ya cuenta con una explicación técnica. Un informe elaborado por biólogos de la Dirección de Recursos Naturales de Corrientes determinó que el episodio fue provocado principalmente por un fenómeno de hipoxia, es decir, la drástica disminución del oxígeno disuelto en el agua.

Según el documento, la situación se dio en las inmediaciones de la represa Guaviraví, una obra hidráulica construida hace unos quince años para regular el flujo del agua con fines productivos. La bajante y el estiaje provocaron que el vertedero funcionara como una barrera, impidiendo que los peces regresaran al embalse principal y quedaran atrapados en lagunas y humedales adyacentes, donde se produjo la mortandad.

A este escenario se sumaron las altas temperaturas registradas en aguas poco profundas, que alcanzaron valores superiores a los treinta grados, reduciendo la solubilidad del oxígeno y afectando la tolerancia de la fauna ictícola. Otro factor clave fue la descomposición de materia orgánica acumulada tras lluvias intensas, un proceso que consume grandes cantidades de oxígeno y agrava el cuadro.

El informe también advierte que niveles de oxígeno disuelto por debajo de los valores tolerables generan estrés severo y pueden resultar letales para los peces, especialmente cuando se combinan con turbidez, sólidos en suspensión y temperaturas elevadas.

Si bien se menciona el uso de agroquímicos en la actividad agrícola de la zona, los especialistas aclararon que no se realizaron análisis específicos durante este evento y que la localización de la mortandad, limitada a los humedales y no al embalse principal, reduce la probabilidad de que estos productos hayan sido la causa exclusiva.

Finalmente, el documento señala que este tipo de episodios no es aislado y que existen antecedentes similares registrados en los años dos mil diez, dos mil catorce, dos mil dieciséis, dos mil veintidós, dos mil veinticuatro y el más reciente en dos mil veinticinco, lo que vuelve a encender la alerta ambiental en una zona clave para la biodiversidad correntina.

Con información de Yapeyú Cable Color

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