Este pueblo fue fundado en 1796, está en Corrientes y tiene múltiples actividades para realizar en familia. Su belleza es indiscutible.
Argentina es un destino único para pasar las vacaciones debido a sus increíbles ciudades y paisajes naturales. Sin embargo, en las zonas más remotas del país también existen joyas ocultas que pocos conocen. Una de estas joyas es Concepción del Yaguareté Corá, Corrientes, un pueblo que ofrece una experiencia llena de tranquilidad e historia.
Este pintoresco pueblo, cercano al Portal Carambola, que es una de las vías de acceso a los Esteros del Iberá, ha revitalizado su comunidad mediante el ecoturismo, compartiendo su rica identidad cultural con los visitantes.
El nombre del pueblo proviene del guaraní y significa “corral del yaguareté”, en referencia a la gran cantidad de yaguaretés que habitaban la zona y a la abundante vegetación que servía de defensa natural contra el ataque de estos animales. Este pueblo fue fundado en 1796 y, en la actualidad, se estima que viven allí unas 4.000 personas.
Concepción del Yaguareté Corá ofrece una variedad de actividades para disfrutar de su entorno natural y cultural. Los visitantes pueden explorar los Esteros del Iberá a través del Portal Carambola, que permite el acceso a áreas menos transitadas de esta impresionante reserva natural.
La Fiesta del Peón Rural, que se celebra el primer fin de semana de mayo, es una ocasión ideal para experimentar las tradiciones locales. Durante esta celebración, se puede disfrutar de una auténtica muestra de la cultura y las costumbres de la región, ofreciendo a los visitantes una conexión genuina con la vida rural correntina.
Para los amantes del agua, los paseos en canoa o lancha a botador por los esteros ofrecen vistas impresionantes de la fauna local, como carpinchos, yacarés, ciervos, zorros y una variedad de aves coloridas. Estas experiencias acuáticas permiten a los visitantes sumergirse en la biodiversidad de la región, ofreciendo una perspectiva única del ecosistema local.
Además, las actividades al aire libre como las cabalgatas, caminatas y travesías en kayak ofrecen una oportunidad perfecta para conectarse profundamente con la naturaleza.
Por último, pasear por las calles de arena del pueblo, bajo la sombra de sus majestuosos árboles, ofrece una experiencia encantadora entre lapachos, timbós, ceibos y jacarandás. Los museos locales, como el Museo Histórico y el Museo de Campo y la Vida Rural Correntina, brindan una mirada profunda a la rica herencia cultural de la región, permitiendo a los visitantes descubrir la historia y las tradiciones que hacen de este pueblo un lugar tan especial.