El doctor Carlos Torres enfatizó que la higiene y la esterilización en el consultorio odontológico son esenciales para la seguridad del paciente y del profesional. Mantener un ambiente impecable, seguir rigurosos procedimientos de limpieza y esterilización, y proteger materiales, superficies y ropa son prácticas clave que todo paciente debe valorar al elegir dónde hacerse atender.
El odontólogo Carlos Torres, expuso en la columna “Saludablemente Hablando”, de PONELE H Radio-TV, sobre cómo identificar si un consultorio odontológico cumple con óptimas condiciones de higiene, salubridad y esterilización, en la idea de saber si el ambiente donde los pacientes reciben atención está adecuadamente preparado.
El doctor Torres destacó la importancia fundamental de “la limpieza y desinfección en el consultorio odontológico” y puso el acento en que para garantizar la seguridad de los pacientes “se deben tomar ciertos recaudos, especialmente en la esterilización del instrumental utilizado durante la atención”.
Al atender a un paciente, “el instrumental utilizado se coloca directamente en una lavadora ultrasónica con entre litro y medio y dos litros de agua, donde se diluye un desinfectante. Este proceso, que dura unos 10 minutos, elimina partículas adheridas a los instrumentos, pero sólo los desinfecta, no los esteriliza”, explicó el prestigioso profesional.
Luego, según apuntó, el odontólogo (o su asistente) “lava cada instrumento con un cepillo y jabón neutro, lo enjuaga, seca y acondiciona en bandejas metálicas o bolsitas aptas para esterilización. Todo este procedimiento se realiza utilizando guantes”, subrayó.
Torres puso énfasis al aclarar que “la esterilización es distinta de la desinfección y tiene como fin evitar infecciones cruzadas entre pacientes”; indicando que el método más utilizado es el autoclave, “que trabaja con calor húmedo, similar a una olla a presión, a entre 121°C y 134°C, dependiendo del programa seleccionado.
El ciclo puede durar entre 15 y 45 minutos, asegurando que el material quede totalmente esterilizado”, apuntó. Y remarcó que “este método permite esterilizar metales, vidrios, gomas y telas, y es confiable y rápido”.
Otro método común es la estufa eléctrica, que utiliza calor seco a altas temperaturas (160°C a 180°C) durante 60 a 120 minutos. Aunque efectiva, sólo permite esterilizar metales y no otros materiales como gomas, telas o vidrios.
“Por ejemplo, las turbinas (o torno) no pueden colocarse en la estufa, sino que deben esterilizarse en el autoclave”, recalcó el doctor Carlos Torres.
También existen métodos químicos y el uso de gas (óxido de etileno), pero son menos habituales y más lentos, generalmente reservados para la ropa.
Limpieza de superficies y protección
Durante su impecable exposición, Torres explico que “para higienizar las superficies de trabajo, el sillón odontológico y la salivadera se utiliza alcohol 70/30, método que se popularizó durante la pandemia (de Coronavirus, en 2020) pero que ya se empleaba anteriormente. Además, el uso de aerosoles desinfectantes, como el Lisoform, es común y efectivo para superficies”, destacó.
Y añadió que después de cada atención “se realiza una desinfección de todas las superficies antes de que ingrese el próximo paciente. Para proteger las superficies de contacto, se colocan bolsitas descartables en el panel del sillón y las manijas de la luz, evitando la contaminación cruzada que puede ocurrir por el contacto con guantes sucios”, expresó.
Asimismo, detalló que el odontólogo utiliza servilletas descartables, vasos descartables y suctores (chupa saliva) descartables para los pacientes. Además, “la manguera del suctor está protegida con una bolsita descartable, ya que es muy manipulada por el paciente. Todo esto contribuye a mantener un ambiente seguro y limpio”; aseguró.
A renglón seguido, puso sobre relieve que “la limpieza debe abarcar desde la sala de espera hasta el patio. Los pisos se baldean con lavandina y todo debe estar perfectamente desinfectado, ya que la boca es la entrada al organismo”.
Para Torres, el paciente debe valorar el mantenimiento del consultorio y es fundamental que perciba buenos aromas y desinfectantes en el ambiente.
Procedimientos de higiene y protección
En el epílogo, el facultativo señaló que “al finalizar el tratamiento, se utiliza instrumental que trabaja con agua a presión y bicarbonato para limpiar los dientes y los espacios interdentales, asegurando una higiene profunda”.
Y subrayó que el odontólogo “debe utilizar bata y gorro, además de barbijo, guantes descartables y gafas protectoras”, puesto que “la utilización de batas es esencial debido a la exposición a agua, saliva y sangre durante la atención.
Cambiar de ropa a diario y utilizar protección contribuye a evitar la contaminación del profesional”, aseveró para concluir.

