La Academia logró un histórico triunfo ante los uruguayos, con un gol de cabeza de Pardo sobre el final del partido y un doblete de Maravilla Martínez, y sacó pasajes a la próxima ronda. Así, jugará en cuartos de final frente a Vélez.

Racing superó a Peñarol por 3-1, en el Cilindro de Avellaneda, por el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores y clasificó a la próxima ronda.

La Academia logró un histórico triunfo ante los uruguayos, tras sufrir un partido que tenía dominado, con dos goles de Adrián Maravilla Martínez, y definir agónicamente sobre el final con un cabezazo de Franco Pardo.

Así dio vuelta la serie de local (había perdido 1-0 en Montevideo) y enfrentará en cuartos de final a Vélez Sarsfield.

El equipo de Gustavo Costas jugó un partidazo ante su gente, cambió la imagen que venía mostrando en los últimos partidos y demostró toda su jerarquía en un encuentro caliente frente al Manya. Y el gran responsable de este pase a cuartos tiene nombre y apellido: Adrián Martínez. El delantero, en una noche mágica, metió un doblete y se convirtió en el máximo goleador histórico de Racing con 17 goles, por delante de Norberto Raffo (15) y Juan Carlos Cárdenas (12).

Enseguida el campeón de la Copa Sudamericana mostró sus credenciales con un tanto de su goleador, para dejar en claro que la historia para en Avellaneda iba a ser otra. Sin embargo, el Carbonero reaccionó y a los 14′ del primer tiempo alcanzó el 1-1 con un cabezazo de Nahuel Herrera tras un córner desde la derecha.

El baldazo de agua fría duró 20 minutos, para un grito de desahogo que no pudo ser: Marcos Rojo metió un cabezazo de otro partido para el 2-1, pero el VAR observó un claro empujón del ex Boca y el árbitro Wilmar Roldán invalidó la acción.

Las emociones fuertes iban a llegar sobre el final del segundo tiempo. En medio de una batalla entre argentinos y uruguayos, y con una cancha rápida tras el temporal que azotó el sur del conurbano bonaerense, la Academia logró la diferencia tras un penal polémico que cobró el juez del encuentro (leve empujón de Emanuel Gularte).

Maravilla, otra vez no dudó, y puso a tiro al local de la clasificación.

Y cuando parecía que el partido iba a los penales, y con un final caldeado con dos expulsiones (Marcos Rojo y Bruno Zucullini) llegó la hazaña para el local. Ambos entrenadores ya habían realizado modificaciones con la mente en la definición desde los doce pasos: incluso Gustavo Costas reemplazó a Gabriel Arias y mandó a la cancha a Facundo Cambeses.

Pero la locura en Avellaneda se desató a los 49′, cuando Gastón Martirena envió un centro pasado en un tiro libre. Por detrás de todos, en soledad, apareció Franco Pardo y su cabeza para darle el 3-1 a Racing y la clasificación a los cuartos de final.