Se trata del crecimiento de bacterias que forman parte de la microbiota intestinal del organismo humano, las cuales “fermentan los alimentos que consumimos y generan una gran cantidad de gases”.

La licenciada en Nutrición Camila Altamira incursionó ayer en el segmento “Saludablemente Hablando”, del programa de radio PONELE H, para abordar el tema del Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado, conocido como SIBO.

La profesional explicó que se trata puntualmente del crecimiento de bacterias que forman parte de la microbiota intestinal de nuestro organismo, las cuales “fermentan los alimentos que consumimos y generan una gran cantidad de gases”.

Además, “pueden llevar al paciente a sufrir malabsorción de nutrientes e importantes carencias”.

La sintomatología del SIBO es inespecífica, sin embargo, algunos de sus síntomas incluyen hinchazón, distensión abdominal, dolor o malestar abdominal, diarrea, fatiga y debilidad.

Otros síntomas del crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado a menudo incluyen:

  • Pérdida del apetito
  • Náuseas
  • Esteatorrea (presencia de grasa en las heces)
  • Sensación incómoda de saciedad después de comer
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Malnutrición

Estas manifestaciones físicas pueden variar la frecuencia y la gravedad de los síntomas dependiendo tanto del sobre crecimiento bacteriano, como de la extensión de la inflamación de la mucosa.

Causas del SIBO

Está definida por una serie de factores que predisponen a los pacientes a sufrir esta disbiosis (o desajuste) en la microbiota intestinal. Los factores podrían ser los siguientes:

  • Género: hay una mayor incidencia de SIBO entre las mujeres.
  • Edad: el SIBO puede aparecer a cualquier edad, sin embargo, el abuso de fármacos o antibióticos puede favorecerlo; por eso, esta enfermedad tiene mayor prevalencia en gente mayor. En el caso de los niños, los estudios todavía son escasos.
  • Uso de fármacos: los protectores estomacales o los fármacos destinados a reducir la acidez impactan en la microbiota tanto del intestino como del estómago y promueven el sobrecrecimiento bacteriano.
  • Opioides: la microbiota intestinal se puede ver afectada.
  • Patologías gastrointestinales

Para diagnosticarlo se utiliza el Test de Aire Espirado, que consiste en la ingestión de cierta cantidad de azúcar disuelta en agua y luego medir la cantidad de gases producidos como consecuencia de la fermentación bacteriana, es decir, el gas metano.

El SIBO se puede tratar con antibióticos con el objetivo de reducir el número de bacterias anormales que se encuentran en el intestino delgado.  Y por otro lado, con una dieta baja en FODMAP. Que evita alimentos con carbohidratos fermentables, por ende, disminuye el alimento para estas bacterias.

FODMAP es la abreviatura de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables.  Estos son tipos de carbohidratos de cadena corta (azúcares, almidones y fibra) que al llegar al colón son fermentados por la microbiota.

 

¿En qué consiste el tratamiento con una dieta baja en FODMAP?

El tratamiento se divide en tres fases:

  1. Eliminación. En la primera se eliminan los alimentos ricos en FODMAP durante 2-3 semanas.
  2. Reintroducción. La segunda dura aproximadamente 8 semanas, y en ese período se introducen de nuevo de forma gradual alimentos ricos en FODMAP y se va evaluando la tolerancia a cada alimento.
  3. La última fase, personalización: consiste en personalizar la dieta según la tolerancia individual.

Siempre recuerden que todo tratamiento, dieta o plan alimentario debe ser supervisado por un profesional de la salud como ser un licenciado en nutrición, médico nutricionista.

Y en caso de padecer alguno de los síntomas nombrados, primero deben asistir a consulta médica donde le realizaran los estudios necesarios para llegar al diagnóstico. Nunca lo deben hacer por su cuenta.