Los procesos inflamatorios están involucrados en una gran variedad de problemas de salud, siendo actualmente la Inflamación Crónica Sistémica (ICS) la principal causa de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. El 50% de las muertes son atribuibles a enfermedades relacionadas con la inflamación.

La licenciada en Nutrición, Camila Altamira, habló de Inflamación Crónica Sistémica en el segmento semanal “Saludablemente Hablando”, de PONELE H Radio, haciendo hincapié en que, si bien la inflamación que se produce como respuesta a una injuria es absolutamente necesaria para defender a un órgano o nuestro sistema, la persistencia de este estado termina en la autodestrucción y se puede transformar en una patología o un círculo vicioso en el que la misma inflamación atrae sustancias inflamatorias y se perpetúa el ciclo.

Los procesos inflamatorios están involucrados en una gran variedad de problemas de salud, siendo actualmente la inflamación crónica sistémica (ICS) la principal causa de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. El 50% de todas las muertes son atribuibles a enfermedades relacionadas con la inflamación, tales como:

  • Cardiovascular
  • Alzheimer
  • Cáncer
  • Obesidad
  • Diabetes
  • Enfermedades Autoinmunes y neurodegenerativas
  • Enfermedad renal crónica
  • Asma ⮚ Alergias.
  • Artritis.
  • Enfermedad de hígado graso no alcohólico, etcétera.

Entre los factores que promueven la ICS se destaca el perfil alimentario actual de la población, caracterizado por un mayor consumo de alimentos ultra procesados, altos en cereales refinados, sal, grasas trans y aditivos, junto a un alto consumo de alcohol y bajo en frutas, verduras y alimentos ricos en fibra dietética.

Entonces podemos decir, que al disminuir el consumo de alimentos proinflamatorios y aumentar el consumo de alimentos que sean saludables y antiinflamatorios, podríamos lograrla reducción de estas enfermedades y la mortalidad asociada.

 

Alimentos antiinflamatorios

Verduras de hoja verde (espinacas, kale, acelgas). Verduras crucíferas (brócoli, repollo, coliflor, coles de Bruselas). Tomate.

Frutas (cítricos, frutos rojos, manzana, kiwi, etcétera).

Té, café.

Cereales integrales.

Aceite de oliva y de canola.

Frutos secos (nueces, almendras). Semillas lino, chía.

Legumbres.

 

Alimentos proinflamatorios

Carnes rojas sin procesar y procesadas (hamburguesas, vísceras, salchichas).

Papas fritas y otros alimentos fritos.

Carbohidratos refinados (pan blanco y panificados, pastelería).

Bebidas azucaradas y otras bebidas endulzadas con azúcar.

Margarinas, grasa de cerdo o de vaca.

Pescados grasos (salmón, atún, sardinas).

 

¿En qué alimentos debe centrarse una dieta antiinflamatoria?

Hay algunos alimentos que son especialmente buenos para reducir la inflamación y que los podemos incorporar perfectamente en nuestra dieta. Por ejemplo:

  • Arándanos, frutillas, frambuesas (frutos rojos) son ricos en antioxidantes. Estos compuestos protegen las células de los daños causados por el estrés oxidativo, importante factor de inflamación.

Además, son alimentos con un bajo índice glucémico (no provocan un aumento rápido y significativo de la glucemia). Los niveles elevados de azúcar en sangre son otro factor proinflamatorio.

Consumirlos siempre crudos y frescos en desayunos, meriendas o colaciones en batidos o con cereales, etc.

  • Verduras de hoja verde, otro aliado.

Las verduras de hoja verde son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes. Excelentes fuentes de fibra, favorecen el mantenimiento de una microbiota intestinal sana, asociada a una reducción de la inflamación crónica.

Como rúcula, coles, kale, espinaca, acelga consumirlas en preparaciones frescas o cocidas.

  • Cítricos, para la vitamina C y los bioflavonoides.

El limón, naranja, mandarina o el pomelo son cítricos ricos en vitamina C y en bioflavonoides, unas sustancias con efectos antiinflamatorios reconocidos.

La Vitamina C tiene un rol fundamental en la síntesis del colágeno. Permite reponer rápidamente las fibras de colágeno y elastina destruidas, y esto es muy beneficioso en el paciente con enfermedad osteoarticular.

  • La Vitamina E o Tocoferol posee un efecto antiinflamatorio bastante estudiado, por lo que debe ser importante considerarla en el tratamiento nutricional de las patologías inflamatorias.

Según diversos estudios la vitamina E no modifica el curso de la enfermedad, sino que evita el catabolismo y la oxidación del colágeno y, sobre todo, la peroxidación lipídica.

Espero que esta información les sea de utilidad y los invito a encontrarnos en las próximas semanas para charlar sobre otros alimentos que nos ayudarían a disminuir la inflamación.