El médico dejó en evidencia que el uso inadecuado y no regulado de medicamentos destinados al control de glucemia y descenso de peso representa un riesgo significativo para la salud pública. El seguimiento médico y la concientización sobre los peligros de la automedicación son fundamentales para evitar consecuencias graves.

El medico diabetólogo Ariel Caballero abordó el creciente uso de un medicamento inicialmente destinado al control de la glucemia, que también genera descenso de peso; destacando la preocupación por el consumo indiscriminado y sin prescripción de este tipo de drogas, así como los riesgos asociados a la automedicación y la falta de control profesional.

En la columna “Saludablemente Hablando”, del programa PONELE H Radio-TV, el especialista explicó que, originalmente, el acceso a esta medicación estaba restringido debido a su elevado costo, llegando a valores de aproximadamente 600.000 pesos por mes. Sin embargo, la producción nacional redujo notablemente los precios, incrementando así la cantidad de personas que pudieron adquirirla.

Este fenómeno resultó en un aumento tanto de pacientes que realmente requieren la medicación como de quienes la utilizan por moda, sin control médico ni prescripción profesional, con el objeto de bajar de peso.

En tal sentido, según Caballero, se observa un comportamiento de automedicación, donde algunas personas adquieren y aplican la medicación en lugares no habilitados ni supervisados, como estéticas o garajes.

Inclusive, muchas veces no se realizan estudios previos ni controles de laboratorio, pasando por alto contraindicaciones importantes como enfermedades tiroideas. Lo que puede llevar a efectos adversos graves, como hipoglucemias severas y accidentes, así como “rebotes” de peso al suspender el tratamiento sin seguimiento.

 

 

Importancia del control médico

El doctor Caballero subrayó que cualquier persona que ingrese en un plan con este tipo de medicación debe someterse a estudios previos para evaluar su estado general, incluyendo perfiles lipídicos y tiroideos. Sólo el personal profesional y capacitado debe indicar y supervisar el tratamiento, ya que la dosificación, la duración y el modo de administración requieren seguimiento médico.

Así, advirtió especialmente sobre la tendencia de compartir o recomendar medicamentos entre conocidos sin tener en cuenta diferencias individuales.

Además, mencionó la necesidad de una mayor regulación en la venta de estos medicamentos, sugiriendo un control estricto en las farmacias para que el expendio sólo se realice bajo receta médica. Y, amén de ello, planteó la responsabilidad compartida entre pacientes y profesionales de salud, y la importancia de la intervención de organismos de control, como la Secretaría de Salud y los colegios médicos, para proteger a la población.