Los restos del papa Francisco serán expuesto al público durante tres jornadas de recogimiento y oración. El funeral se realizará el sábado y será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor.

El papa Francisco murió este lunes a sus 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Este miércoles, los restos del Sumo Pontífice llegaron a la Basílica de San Pedro, donde permanecerán durante tres días para que miles de fieles puedan darle un último adiós.

El féretro de madera abierto fue llevado en procesión desde la capilla de Santa Marta, donde falleció el lunes a los 88 años, acompañado de cardenales y guardias suizos.

 

“Gracias”, el conmovedor último gesto del papa Francisco hacia un trabajador

El papa Francisco dejó gestos imborrables en sus horas finales. Uno de los más íntimos y conmovedores fue el que tuvo con su enfermero personal, Massimiliano Strappetti, quien lo asistió durante los momentos más duros de su enfermedad. “Gracias por haberme traído de nuevo a la Plaza”, le dijo Francisco el domingo tras saludar a los fieles desde el papamóvil, en lo que fue su última aparición pública.

El día anterior, sábado, ambos habían recorrido juntos la Basílica de San Pedro para repasar el camino que haría en Pascua. “¿Creés que podré hacerlo?”, le preguntó el Papa con un dejo de duda. Strappetti lo tranquilizó.

Ese sábado también realizó su última llamada telefónica: fue a Gaza. “Nos llamó mientras preparábamos la Vigilia de Pascua. Expresó su cercanía, su oración, su bendición”, contó el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco en Gaza. En la conversación también estuvieron presentes el padre Yúsuf y la hermana María. Fue la última vez que lo escucharon.

“El Papa era, para nosotros, un feligrés. Ahora somos 50, porque 49 cristianos han muerto durante la guerra, 20 de ellos de forma violenta”, lamentó Romanelli.

El texto inédito del papa Francisco sobre la muerte

“La muerte no es el fin de todo, sino el comienzo de algo. Es un nuevo inicio”, escribió el papa Francisco en un texto inédito que se conocerá públicamente este jueves, tres días después de su fallecimiento. Se trata del prólogo del libro “En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez” del cardenal Angelo Scola, arzobispo emérito de Milán.

La reflexión, fechada el 7 de febrero, cobra un sentido conmovedor y profético a la luz de su reciente partida. “La vida eterna, que quienes aman ya experimentan en la tierra en las ocupaciones cotidianas, es el comienzo de algo que no terminará”, escribió el pontífice argentino, que falleció a los 88 años.

Francisco también hizo referencia a la vejez con palabras profundas:

“No debemos tener miedo a la vejez. Decir ‘viejo’ no significa ‘ser desechado’… Decir viejo, en cambio, significa decir experiencia, sabiduría, conocimiento, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud… ¡Valores que necesitamos desesperadamente!”.

En su último mensaje escrito, el Papa invitó a vivir esta etapa “como una gracia, y no con resentimiento”.