El arquitecto Mario Berent, de la Coordinación de Desarrollo Sustentable y Transición Ecológica (CODESTE) de la UNNE, presentó un estudio en el X Congreso Interamericano de Residuos Sólidos Urbanos que destaca la crítica situación en Corrientes, Chaco y Formosa. Propone una hoja de ruta para mejorar la gestión de residuos y promover el reciclaje en la región para el año 2030.
Un estudio presentado en el X Congreso Interamericano de Residuos Sólidos Urbanos, desarrollado en la ciudad de Mérida, dejó planteada la necesidad urgente de cerrar alrededor de 200 basurales a cielo abierto en las provincias de Corrientes, Chaco y Formosa.
El magíster en Gestión Ambiental y Ecología y autor de la investigación, Mario Berent, fue el único representante de la UNNE presente en el Congreso. Destacó en ese ámbito la importancia de implementar medidas para mejorar la gestión de residuos y promover el reciclaje en la región.
El informe señala que el crecimiento desorganizado de las ciudades ha llevado a problemas ambientales graves, como el relleno de lagunas y la destrucción de bosques nativos. Berent enfatizó la necesidad de generar un debate basado en evidencia científica para proteger el medio ambiente y la salud pública en la región.
La investigación propone desarrollar políticas de gestión que fomenten un manejo responsable de los residuos. Esto incluye educar a los consumidores, mejorar las prácticas de compra y eliminación de materiales, y optimizar la gestión interna de las instituciones.
El estudio formula que el futuro de la gestión integral de residuos sólidos depende de cómo se generen estos desechos. Se hace hincapié en la importancia del reciclaje, la reutilización y el tratamiento adecuado de los residuos. Para lograr esto, es fundamental informar, educar y capacitar a todos los actores sociales involucrados, así como crear la infraestructura necesaria.
El grupo de investigación coordinado por el arquitecto Berent propone una “Hoja de Ruta” para el cierre gradual de los basurales a cielo abierto. El objetivo es eliminar la mayor cantidad posible de estos vertederos en la región para el año 2030.
En cuanto a las políticas públicas y la sostenibilidad urbana-ambiental, el informe remarca que la mala gestión de los residuos sólidos urbanos tiene altos costos ambientales, sociales y económicos. Estos impactos negativos a menudo se subestiman debido a la falta de información sobre los servicios de limpieza urbana.
Una de las principales dificultades identificadas es la falta de capacidad institucional, especialmente en los municipios, para desarrollar e implementar planes de gestión de residuos. Además, existen problemas económicos y financieros, como la baja capacidad técnica de los municipios y la falta de una cultura de pago por parte de la población, a menudo atribuida a la pobreza.
El estudio destaca los avances realizados en la provincia de Misiones, que implementó un sistema provincial de transporte, tratamiento y disposición final de residuos sólidos urbanos y patológicos. Este proyecto, iniciado en 2003, permitió cerrar 68 basurales al cielo abierto, reemplazándolos por 25 estaciones de transferencia y dos rellenos sanitarios.
En el contexto regional más amplio, la investigación señala que la gestión de residuos requiere nuevos enfoques y soluciones, especialmente en ciudades intermedias. El informe hace referencia a la “Hoja de Ruta para el Cierre Progresivo de los Basurales” presentada en la XXII Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente en febrero de 2021.
Esta hoja de ruta tiene como objetivo establecer los pasos necesarios para eliminar los basuras en América Latina y el Caribe para 2030. El plan incluye consideraciones técnicas, ambientales, económicas y de inclusión social.
Según las estimaciones del estudio, el 70% de los municipios de la región utilizan lugares inadecuados para la disposición de residuos. Aproximadamente 145.000 toneladas diarias de residuos se destinan a basuras, quema u otras prácticas inadecuadas, lo que equivale a los desechos generados por 170 millones de personas, o el 27% de la población regional.
La implementación de esta hoja de ruta a lo largo de la próxima década busca garantizar un ambiente saludable para las generaciones futuras, en línea con los compromisos establecidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Una de las recomendaciones que deja la investigación es un cambio significativo en la gestión ambiental de la región, particularmente en lo relacionado con los residuos sólidos urbanos y su disposición final.
La investigación propone una serie de medidas y políticas para abordar este desafío, incluyendo: Fortalecer la capacidad institucional de los municipios para desarrollar e implementar planes de gestión de residuos; Mejorar la educación y concienciación pública sobre la importancia del manejo adecuado de residuos e Implementar tecnologías más eficientes para el tratamiento y disposición de residuos.
“El cierre de los basurales a cielo abierto no solo es una cuestión ambiental, sino también de salud pública y justicia social. La implementación de estas medidas requerirá un compromiso sostenido de todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos hasta los ciudadanos individuales”, planteó el arquitecto Berent, docente e investigador de la UNNE.