Sin importarle que hace dos días su gobierno cosechó en el primer trimestre del año el número más alto de pobreza después de la crisis de 2001, el Presidente subió el sábado a un escenario montado en Parque Lezama -en un acto por la presentación formal de su partido a nivel nacional- sonriente y extasiado.
Fuera de sí, agitando los brazos y cantando a los gritos y a capela “Hola a todos, yo soy el león”, el presidente Javier Milei le chocó los cinco a su hermana y, en un intento de remontar la caída que su imagen sufrió en las últimas semanas, dio un discurso cargado de odio e insultos. Dijo que su gobierno es “el mejor de la historia”, que, en realidad, “la pobreza está bajando”, que él es un “defensor del peso”, y que en 2025 su partido va a dar “un batacazo electoral, que permitirá que triunfen los justos y se hundan los populistas”.
“Que les quede bien claro: los hermanos Milei, las promesas que hacen las cumplen. Gracias a todos. Ahora, vamos a recibir al mejor presidente de la historia: Javier Milei”, dijo sobre el escenario en Parque Lezama Karina Milei, la presidente del flamante partido de La Libertad Avanza (LLA) a nivel nacional, que se presentó antenoche.
La hermana del Presidente sorprendió a todos cuando tomó la palabra, porque casi no se le conocía la voz. Cuando terminó su discurso, Javier Milei se bajó de una camioneta negra polarizada y empezó a caminar -rodeado de seguridad- entre la gente, al ritmo de la versión libertaria de Panic Show.
“Te necesito para terminar con la casta”, decían los carteles de LLA que estaban pegados en los baños químicos. Tenían la cara de Milei apuntando con el dedo a la cámara copiando al cartel del Tío Sam que, en Estados Unidos, se usó para reclutar soldados para que vayan a combatir en la I Guerra Mundial.
Esta guerra, la que propone Milei, es contra “la casta”, el paraguas que él utiliza discursivamente para meter en una bolsa a todos sus adversarios políticos y descalificarlos.
El blanco de la mayoría de sus críticas fue el kirchnerismo y Cristina Fernández de Kirchner. “Cristina presa, Cristina presa”, gritaba el público, mientras Milei se reía y les respondía “señores jueces, teléfono…”.
Cada vez que él mencionaba a la expresidente la gente se tapaba los oídos, también gritaban “hijos de kuka”; “fuera kukaracha”, y “tomá Kuka, la concha de tu madre”. Entre los carteles que había en el público se destacaba un dólar gigante con la cara de Milei, distintas banderas de LLA con el nombre de municipios del conurbano bonaerense, otros que decían “las fuerzas del cielo”, y hasta una bandera con la cara de Julio Argentino Roca.
En total no fueron más de diez mil personas. Muchas de ellas llegaron en micros que se apostaron sobre las avenidas cercanas al parque y que, antes de que termine el discurso, se empezaron a ir.
“Acá están los que no quisieron ser sacrificados en el altar de la maldita justicia social”, arrancó Milei envalentonado, una vez que subió al escenario y le agradeció a su hermana por la “titánica tarea” de convertir a LLA en partido a nivel nacional.
“Estamos haciendo historia en la historia argentina y en la historia mundial”, disparó y empezó a criticar a la “putrefacta casta putrefacta”. La gente le respondía con cánticos: “Ohhh que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.
El Presidente dividió su discurso -que duró más de una hora y media- en tres partes: una sobre los inicios de su partido, en la que intentó imprimirle toda la épica posible, la segunda en la que enumeró los supuestos “logros” de la gestión; y la última, en la que mencionó algunos “desafíos a futuro”.
Además de críticas a la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, también disparó contra los sindicalistas, los movimientos sociales, el periodismo y “las palomas” de Juntos por el Cambio. Habló bien de Macri, de quién dijo que “tenía las ideas correctas, pero se rodeó de la gente equivocada, como Marcos Peña”, y de varios de sus funcionarios.
Sobre los periodistas disparó una catarata de odio e incitó al público a replicarla. Dijo que, en uno de sus primeros actos: “La casta periodística, los micrófonos ensobrados, nos hicieron un apagón. Ese día comenzó a cambiar la realidad de los medios. Ninguno vino al acto, pero ustedes le dieron vida a este movimiento con su celular: comenzaron a transmitir y les cerramos el orto”, dijo.
Después agregó: “Le agradezco a cada militante, que nada tienen de troll. Son de carne y hueso, pedazo de soretes. Acá tienen a los trolls”.
“Eso soy, soy un troll”, gritaba uno entre el público. Y Milei seguía arengando: “Escuchen periodistas ensobrados, esto es lo que siente la gente por ustedes”, dijo y su público cantaba “hijos de puta, hijos de puta”.
“Les tapamos bien la cara y la boca”, replicaba el Presidente desde su atril.
En otro momento se agachó para saludar al ministro de Economía, Luis Caputo, que estaba en primera fila con el resto del gabinete. “No todos los días se puede saludar al mejor ministro de Economía”, dijo. “Toto, Toto”, gritaba el público. Y Milei espetó “esto es un fenómeno: el ministro que hizo el ajuste más grande de la historia de la humanidad, vivado por toda la muchedumbre”.
“Seguí ajustando”, decían desde la tribuna.
En medio de la feroz interna, no sorprendió la ausencia de Victoria Villarruel. Justo el viernes, la vicepresidente cuestionó en duros términos el acuerdo del Gobierno con el Reino Unido para la reapertura del diálogo por las Islas Malvinas.
Como sus “logros”, Milei dijo que llegaron “prometiendo motosierra al gasto público, diciendo que íbamos a eliminar la corrupción, ministerios, que iba a hacer competencia de monedas y que íbamos a dar un giro en la política exterior: que nos íbamos a alinear con EEUU e Israel y poner al país en lo más alto”. Y evaluó: “vaya que lo estamos haciendo”.
También dijo que Patricia Bullrich “está exterminado la inseguridad”. Felicitó a Guillermo Francos y a Federico Sturzenegger por su tarea, también a Sandra Pettovello; y hubo una mención para José Luis Espert.
Se anotó como “logro” terminar con la obra pública, con las “transferencias discrecionales” a las provincias y “con los empleados públicos que nunca iban a trabajar”.
Felicitó al presidente del Banco Central, Santiago Bausilli, Caputo y al secretario de Finanzas, Pablo Quirno, “por desarmar la bomba de los pasivos remunerados en 7 meses”, y dijo que “la inflación mayorista bajó de 17 mil anual al 28 por ciento anual. Vaya si este no es el mejor gobierno de la historia”, se autoevaluó.
Sobre el futuro, dijo que “en diciembre vamos a eliminar el Impuesto País”, y que con el protocolo antipiquetes “llevamos cuatro meses sin cortes”. Adelantó que avanzaran con la modificación de la Ley Penal Juvenil, “para que los delitos de adultos sean juzgados como adultos”, y con la “Ley de Reiterancia, para que se termine la puerta giratoria para los chorros”.
Su estrategia para intentar justificar el número de pobreza más alto de los últimos años fue culpar al kirchnerismo. Y también decir que lo que se conoció del INDEC en realidad no eran cifras reales.
Explicó que “el primer trimestre la pobreza creció al 55%. Pero quiero contarles algo a todos estos sensibleros hipócritas empobrecedores: La pobreza en el segundo trimestre del año fue de 51%; por lo tanto, la pobreza ha empezado a caer en Argentina”.
Consideró, además, que los salarios “le vienen ganando claramente a la inflación, recomponiendo el poder real de compra”.
En cuanto a la delicada situación que viven los jubilados, el Presidente, otra vez, fue en busca de culpar al kirchnerismo: “A los sensibleros que hablan de los jubilados, les digo que son los mismos que le robaron las jubilaciones del sistema previsional privado para que los usaran a diestra y siniestra, los kukardos, dilapidando todo el FGS que tenía que financiar las jubilaciones.
Eso lo hizo Boudou con Massa, en el gobierno de Cristina”, dijo. Y cuestionó a quienes se pudieron jubilar con moratorias. “Duplicaron la cantidad de jubilados, jubilando gente que no había hecho aportes y llevando las jubilaciones a la mitad de lo que deberían ser”, apuntó.
Y para cerrar el capítulo, volvió a las descripciones idílicas de la “realidad”, señalando que “triplicamos las jubilaciones en moneda dura, no en pesos papel pintado”. E insólitamente, a continuación, aseguró a los gritos: “Aquí estamos nosotros, para defender al peso”.
Por último, después de felicitar a Francos por la aprobación de la Ley Bases, vinieron los agradecimientos al PRO. “Creo que sería profundamente injusto no reconocer cómo han colaborado en esta reforma los políticos que vienen del ala del PRO y algunos nobles que vienen de JxC, que no sólo han colaborado para sacar la Ley Bases, sino que además están defendiendo en el Congreso cada uno de nuestros vetos”.
Fuente: Página 12.