EL ROL DE LA CORTE SUPREMA
«No venimos para hacer nuevas amistades, sino para cumplir la Constitución», aseguró Horacio Rosatti

«En los últimos años hemos tomado decisiones que no han agradado al poder de turno», manifestó el presidente del máximo tribunal de Justicia de la Nación.

El presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Horacio Rosatti, habló hoy en el marco de la Cumbre de AmCham, y reclamó abiertamente que se consulte al máximo tribunal antes de avanzar en reformas judiciales y remarcó que «el diálogo interpoderes es fundamental».

Así las cosas, e presidente de la Corte Suprema, sostuvo que se han adoptado decisiones en los últimos tiempos «que no han agradado al poder de turno», aunque al mismo tiempo destacó que el máximo tribunal de Justicia de la Nación no está «para hacer nuevas amistades, sino para cumplir la Constitución».

«A la Corte argentina llegan muchos casos, muchos de ellos que no son fundamentales, sino que expresan la disconformidad de alguien que perdió un juicio en un tribunal inferior», se quejó el también titular del Consejo de la Magistratura.

Rosatti sostuvo que «la Corte Federal de Estados Unidos analiza y resuelve en el año 80, 90, 100, 120 causas. El promedio de los últimos diez años en la Argentina supone la resolución de entre 12 mil y 21 mil causas». Y continuó: «Este rol de tribunal de garantías constitucionales se mantiene, pero además opera como tribunal revisor». En ese sentido, el magistrado advirtió sobre el «cúmulo de trabajo» que «impide llevar adelante la función primordial» del máximo tribunal.

Además, cuestionó que «el 60% de las causas que llegan provienen de organismos del Estado, que muchas veces apelan para ganar tiempo, aunque saben cuál va a ser el resultado de la contienda».

«Esto debe modificarse y estamos trabajando para eso, no solamente en la modificación de determinados criterios, sino que también necesitamos para los próximos años algunas modificaciones legislativas que permitan agilizar nuestra tarea y concentrarnos en nuestro rol fundamental de ser un tribunal de garantías constitucionales», planteó.

Y agregó: «Necesitamos que haya plenarios de los tribunales inferiores, para que homogeneicen la jurisprudencia, para que den seguridad y previsibilidad jurídica. Recién cuando haya un conflicto real, una nueva norma, una nueva interpretación posible de una vieja norma, recién ahí llegue al máximo tribunal. También que la vigencia de las decisiones de la Corte sean absolutamente obligatorias para los tribunales inferiores, porque esto también da previsibilidad y evita esta apelación para ganar tiempo. El acortamiento de los plazos procesales, la simplificación de los procedimientos».

Ante ese análisis, Rosatti destacó que «el diálogo interpoderes es fundamental» y remarcó: «Que previo a establecer o a proponer reformas seamos consultados todos los que tenemos algo que decir sobre el particular. Nadie mejor que la propia Justicia para saber cuáles son sus propias falencias y tal vez para proponer alternativas de solución».

El juez subrayó que «la sustentabilidad jurídica es fundamental y es lo que debe garantizar la Corte Suprema y el Poder Judicial en su conjunto».

«En los últimos años hemos tomado decisiones que no han agradado al poder de turno: a éste, al anterior y probablemente al que venga. No venimos a la función pública para hacer nuevas amistades, sino para hacer cumplir la Constitución, para garantizar una estabilidad jurídica que permita pensar a futuro», manifestó.

Por otra parte, el titular del Consejo de la Magistratura afirmó que «la expansión incontrolada de la emisión monetaria implica no defender el valor de la moneda y traicionar consecuentemente el mandato de la Constitución».

«Las bases del programa económico que establece la Constitución desde 1853, con todas sus reformas, es el capitalismo: respeto a la propiedad privada, a la iniciativa de los particulares y competencia», sostuvo el magistrado, quien prosiguió: «Si se quiere otro sistema, se tiene que reformar la Constitución: sino, se está hablando de otro país, de otra realidad».

«El artículo 75, inciso 19, la Constitución manda defender el valor de la moneda, lo cual tiene que llamarnos la atención respecto de la expansión incontrolada de la emisión monetaria, porque eso implica no defender el valor de la moneda y traicionar consecuentemente el mandato de la Constitución», lanzó.

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