El «Millonario» lo ganó 2 a 0, con un golazo de Barco y un tanto de Borja. En el visitante se fue expulsado Damián Pérez. El «Rojo» no arranca.
River Plate tuvo su propia fiesta en el estadio «Más Monumental» y logró un importante triunfo por 2 a 0 ante Independiente en el encuentro correspondiente por la fecha 13 de la Liga Profesional de Fútbol, que contó con el arbitraje de Andrés Merlos.
El «Millonario» lo ganó con un golazo de Ezequiel Barco, en el primer tiempo; y un tanto de Miguel Ángel Borja en la segunda mitad cerca del final. En el visitante se fue expulsado Damián Pérez y terminó con diez jugadores.
Los dirigidos por Martín Demichelis buscaban su octavo triunfo al hilo por el torneo doméstico y eso mismo es lo que lograron en otra gran actuación.
A los 17 minutos, tras una ráfaga del dueño de casa, Barco tomó un rebote corto de la defensa de Independiente y estampó un golazo con remate desde afuera del área, inatajable para Rodrigo Rey.
A los pocos minutos, Paulo Díaz sufrió un tirón en su muslo izquierdo y tuvo que salir del campo e ingresó Emanuel Mammana pero el «Rojo» aún así no fue peligro.
El comienzo de la segunda etapa fue todo de River, como en la primera parte, e Independiente tuvo otro golpe más: por repetidas infracciones, Damián Pérez vio la doble amarilla y se fue expulsado a los vestuarios.
Ya en el final del partido, Milton Casco sacó un pelotazo que bajó Ignacio Fernández. «Nacho» se la pasó a Barco que habilitó a Borja y, con potencia, el colombiano venció a Sergio Barreto y puso el 2 a 0.
River, un equipazo
Los de Núñez estiraron aún más su ventaja como líder de la tabla y le sacaron 18 puntos de ventaja a su eterno rival, Boca Juniors. Además, mantiene su ventaja de 6 puntos sobre su perseguidor, San Lorenzo.
Por su parte, el «Rojo», bajo la dirección técnica del «Ruso» Ricardo Zielinski solo ganó dos veces en este campeonato y no logra levantar cabeza.
Los de Avellaneda mostraron una vez más un pobre nivel futbolístico.
Independiente no pudo llevar peligro al arco de Armani casi en ningún momento del partido y muy en especial en la segunda mitad, cediéndole mucho la pelota al local, sin generar juego colectivo.
